El matrimonio constituye una íntima comunidad de vida y de amor conyugal"
Concilio Vaticano II: Constitución sobre la Iglesia en el mundo actual,nº 48
INTRODUCCIÓN:
En el mundo en el que nos ha tocado vivir es muy común ver todos los días, divorcios, bodas entre homosexuales, relaciones prematimoniales, el uso de preservativos y anticonceptivos etc, todo esto lo que haces es dar un sentido completamente diferente al matrimonio del que debería tener, es por eso me he animado a tocar este tema para que desde un nivel básico sin profundizar en los padres de la Iglesia , ni tampoco en el magisterio de la Iglesia solamente a través de la Biblia y conociendo los conceptos fundamentales podamos entender el verdadero sentido de este sacramento para cuando nos toque vivirlo, a algunos ya muy pronto , podamos vivir de la mejor forma posible, y si ya nos hemos casado, para recordar que debes ser fiel y amar a tu esposa o esposo todos los días de tu vida con un amor similar al que te tienes tu mismo.
Tras esta breve introducción pasaré a concretar los puntos en los que me voy a centrar a lo largo del artículo. Básicamente serán estos:
Parte I:
1.-CONCEPTO Y DESCRIPCIÓN DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
2.-FUNDAMENTO BIBLICO.
3.-DIVORCIOS.
Parte II:
4.-RELACIONES PREMATIMONIALES.
5.-ANTICONCEPCIÓN
6.-MATRIMONIOS ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO
7.-MATRIMONIOS MIXTOS Y OTROS MATRIMONIOS.
-Intentaré a lo largo de este artículo el justificar la enseñanza de nuestra Santa Madre Iglesia con las Sagradas Escrituras, para que de esta forma, los lectores fácilmente puedan entender el porque la Iglesia se opone a todo esto. Quizas alguno piense todos estos temas deberían tocarse por separado y poco tienen que ver con el matrimonio, pero realmente es clave entender estos temas, para lograr llevar un matrimonio Santo, no podemos ignorar estos temas y luego creer en el matrimonio, pues quien realiza alguna de estas cosas, esta demostrando al mundo la ignorancia y la poca fortaleza espiritual que existe en su matrimonio, es por ello me decidí a tocar esto aquí ya que esta íntimamente relacionado y puede ayudar a muchas personas.
1.-CONCEPTO Y DESCRIPCIÓN DEL MATRIMONIO
El sacramento del matrimonio es la presencia de Cristo, presencia sacramental. Es decir siendo el matrimonio un sacramento, se convierte en un medio de comunicación de la gracia de Dios. Es un camino para la salvación de los que lo integran.
5.-ANTICONCEPCIÓN
6.-MATRIMONIOS ENTRE PERSONAS DEL MISMO SEXO
7.-MATRIMONIOS MIXTOS Y OTROS MATRIMONIOS.
-Intentaré a lo largo de este artículo el justificar la enseñanza de nuestra Santa Madre Iglesia con las Sagradas Escrituras, para que de esta forma, los lectores fácilmente puedan entender el porque la Iglesia se opone a todo esto. Quizas alguno piense todos estos temas deberían tocarse por separado y poco tienen que ver con el matrimonio, pero realmente es clave entender estos temas, para lograr llevar un matrimonio Santo, no podemos ignorar estos temas y luego creer en el matrimonio, pues quien realiza alguna de estas cosas, esta demostrando al mundo la ignorancia y la poca fortaleza espiritual que existe en su matrimonio, es por ello me decidí a tocar esto aquí ya que esta íntimamente relacionado y puede ayudar a muchas personas.
1.-CONCEPTO Y DESCRIPCIÓN DEL MATRIMONIO
El sacramento del matrimonio es la presencia de Cristo, presencia sacramental. Es decir siendo el matrimonio un sacramento, se convierte en un medio de comunicación de la gracia de Dios. Es un camino para la salvación de los que lo integran.
- Como sacramento es un signo del amor y de la alianza de Cristo con su Iglesia.
- La finalidad del sacramento del matrimonio es la santificación de los esposos mediante: la Unión y la procreación y educación de los hijos.
- Es la manera de ayudarse mutuamente con la gracia de Dios en la realización de la propia vocación.
“Dios creó al hombre y a la mujer a imagen de Dios, hombre y mujer los creó, y los bendijo diciéndoles: procread, y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla”.(Gen. 1, 27- 28).
Desde el principio de la creación, cuando Dios crea a la primera pareja, la unión entre ambos se convierte en una institución natural, con un vínculo permanente y unidad total (Mt. 19,6).
Por lo que no puede ser cambiada en sus fines y en sus características, ya que de hacerlo se iría contra la propia naturaleza del hombre. El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o consecuencia de instintos naturales inconscientes. El matrimonio es una sabia institución del Creador para realizar su designio de amor en la humanidad. Por medio de él, los esposos se perfeccionan y crecen mutuamente y colaboran con Dios en la procreación de nuevas vidas.
El matrimonio para los bautizados es un sacramento que va unido al amor de Cristo su Iglesia, lo que lo rige es el modelo del amor que Jesucristo le tiene a su Iglesia (Cfr. Ef. 5, 25-32). Sólo hay verdadero matrimonio entre bautizados cuando se contrae el sacramento.
El matrimonio se define como la alianza por la cual, - el hombre y la mujer - se unen libremente para toda la vida con el fin de ayudarse mutuamente, procrear y educar a los hijos. Esta unión - basada en el amor – que implica un consentimiento interior y exterior, estando bendecida por Dios, al ser sacramental hace que el vínculo conyugal sea para toda la vida. Nadie puede romper este vínculo. El casarse es el contrato matrimonial y el estar casado es el vínculo matrimonial indisoluble.
El Matrimonio es un sacramento y por ello es un signo ante el mundo de Dios invisible viviendo entre nosotros, Dios vivo que da fruto en dos personas. Ellos son un continuo signo de su poder en el mundo. Existe una gracia y un poder especiales en cada pareja que Dios ha unido, cada cosa que hacen individualmente o juntos es una actualización de su sacramento.
El matrimonio para los bautizados es un sacramento que va unido al amor de Cristo su Iglesia, lo que lo rige es el modelo del amor que Jesucristo le tiene a su Iglesia (Cfr. Ef. 5, 25-32). Sólo hay verdadero matrimonio entre bautizados cuando se contrae el sacramento.
El matrimonio se define como la alianza por la cual, - el hombre y la mujer - se unen libremente para toda la vida con el fin de ayudarse mutuamente, procrear y educar a los hijos. Esta unión - basada en el amor – que implica un consentimiento interior y exterior, estando bendecida por Dios, al ser sacramental hace que el vínculo conyugal sea para toda la vida. Nadie puede romper este vínculo. El casarse es el contrato matrimonial y el estar casado es el vínculo matrimonial indisoluble.
El Matrimonio es un sacramento y por ello es un signo ante el mundo de Dios invisible viviendo entre nosotros, Dios vivo que da fruto en dos personas. Ellos son un continuo signo de su poder en el mundo. Existe una gracia y un poder especiales en cada pareja que Dios ha unido, cada cosa que hacen individualmente o juntos es una actualización de su sacramento.
Cosas tan simples como lavar la vajilla, pasar el trapeador, manejar al trabajo, luchar por forjar una vida, ganar un pequeño salario para afrontar mayores gastos –sí, estas cosas y todas las demás facetas de su vida juntos– tienen un poder escondido en ellas para santificarlos. La vida matrimonial es un campo de santidad, donde el amor es la semilla plantada por Dios. En dicha vida en común, sus agonías y gozos, dolores y sacrificios, frustraciones y tensiones, sus momentos de júbilo y desesperación son como la lluvia y el sol, como el rayo y el trueno sobre un joven retoño.
Las faltas y debilidades de cada uno son compensadas por sus propias virtudes. Cada cual posee lo que al otro le falta, y esto resulta en una amorosa dependencia entre ellos para su mutuo crecimiento y transformación. Si marido y mujer pueden hacerse el hábito de mirarse sacramentalmente, viendo la belleza de Dios en el alma de cada uno, tratando de aumentar esa belleza edificándose, creciendo unidos a imagen de Jesús, entonces este sacramento del Matrimonio porta el sello de Dios Vivo.
Los temperamentos que pueden ser ocasión de problemas son vistos como escalones de piedra hacia la santidad, como herramientas en sus manos que pueden quitar la autosuficiencia, la susceptibilidad, la ira, los celos y la intemperancia. Cuando el crecimiento personal en el propio conocimiento los conduce a revestirse de Jesús, entonces la vida matrimonial se convierte en el propósito para el cual fue creada. La oración y la presencia de Dios son necesarias en cualquier estado de vida, pero cuanto más importantes en aquellos estados que son en sí mismos un sacramento.
-Podemos pues resumir todo esto en lo siguiente:
1.-El Matrimonio es el sacramento que santifica la unión indisoluble entre un hombre y una mujer cristianos, y les concede la gracia para cumplir fielmente sus deberes de esposos y de padres.
2.- Las propiedades esenciales del Matrimonio son: unidad, indisolubilidad y apertura a la fecundidad.
3.- El sacramento del matrimonio debe recibirse en estado de gracia y con la debida preparación; por ello se le recomienda a los contrayentes confesarles antes.
La preparación al matrimonio constituye un momento providencial y privilegiado para cuantos se orientan hacia este sacramento cristiano y un kairós, es decir, un tiempo en el que Dios interpela a los novios y les lleva al discernimiento sobre la vocación matrimonial y la vida en la que ésta introduce. El noviazgo entra en el contexto de un denso proceso de evangelización. De hecho confluyen en la vida de los novios, futuros esposos, cuestiones que inciden en la familia. Por ello, se les invita a comprender qué significa el amor responsable y maduro de la comunidad de vida y amor que será su familia, verdadera iglesia doméstica que enriquecerá a la Iglesia entera. .
2.-FUNDAMENTO BIBLICO:
Instituído por Dios en la Creación de la raza humana y ratificado en su Divina Encarnación:
Gen 2, 24 "Dejará el hombre a su padre y a su madre y se adherirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una sola carne.” Mat 19, 4-6 "El respondió: ¿No habéis leído que al principio el Creador los hizo varón y hembra? Dijo: “Por esto dejará el hombre al padre y a la madre y se unirá a la mujer, y serán los dos una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió no lo separe el hombre".
Quien le dió la doctrina de Sacramento fue el bienaventurado apóstol Pablo:
Efesios 5, 22- 33 "Las casadas estén sujetas a sus maridos como al Señor, por que el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia y salvador de su cuerpo. Y como la Iglesia está sujeta a Cristo, así las mujeres a su maridos en todo. Vosotros, los maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella. Para santificarla, purificándola, mediante el lavado del agua, con la palabra, a fin de presentársela así gloriosa, sin mancha o arruga o cosa semejante, sino santa e intachable. Los maridos deben amar a sus mujeres como a su propio cuerpo. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama, y nadie aborrece jamás a su propia carne, sino que la alimenta y la abriga, como Cristo a la Iglesia, por que somos miembros de su cuerpo. “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán dos en una carne”. Gran misterio es éste, pero yo lo aplico a Cristo y a la Iglesia. Por lo demás, ame cada uno a su mujer, y ámela como a sí mismo, y la mujer reverencie a su marido".
Y fue también san Pablo quien nos enseñó en que consiste el matrimonio cristiano:
1ª Corintios 7, 3- 5 "El marido otorgue lo que es debido a la mujer, e igualmente la mujer al marido. La mujer no es dueña de su propio cuerpo: es el marido; e igualmente, el marido no es dueño de su propio cuerpo: es la mujer. No os defraudéis uno al otro, a no ser de común acuerdo por algún tiempo, para daros a la oración, y de nuevo volved a lo mismo a fin de que no os tiente Satanás de incontinencia."
La Iglesia lo que ha hecho en su Magisterio ha sido recordarnos a cada momento lo que Dios creó y en su Encarnación confirmó.
-En el caso de este Sacramento recordarlo a través del Magisterio de la Iglesia inspirado en la propia Sagrada Escritura.
-Si observamos vemos como San Pablo nos enseña cual es la función del matrimonio:
El marido lo compara a Cristo y a la mujer a la Iglesia, tal y como es el matrimonio divino entre Cristo y su Iglesia a base de ese ejemplo debemos intentar llevar nuestro matrimonio, para lo cual debemos amar a la mujer como a nosotros mismos nos amamos, debemos cuidarla y respetarla como Cristo cuida a su Iglesia. El marido es Cabeza de la mujer y ambos deben ser fieles. La unión entre ellos forma una sola carne, así como la unión entre Cristo y su Iglesia forma un solo ser , donde Cristo es la Cabeza y la Iglesia es el cuerpo pero ambos son solamente uno, eso es lo que San Pablo desea que hombre y mujer sean solamente uno.
En el pasaje de los corintios Pablo nos enseña que debemos en el matrimonio entregarnos totalmente a nuestra esposa o esposo, es por eso dice, nuestro cuerpo es de nuestra mujer, y el de la mujer nuestro, para enseñar lo mismo que ambos son solamente uno y existe total identidad entre los dos, total entrega y total amor. En estos pasajes se ve claramente como San Pablo considera a la mujer de la misma igualdad que el hombre, y recalca también la importancia que tiene la oración en el matrimonio, pues esta fortalecerá el matrimonio y lo hará más santo y ejemplar.
-Me gustaría dejar aquí unas preguntas par que todos aquellos estén casados la piensen y mediten:
¿Cuántas veces oras con tu esposo o esposa al cabo de la semana?
¿Cuantos minutos dedicais ambos como matrimonio al Señor?
¿Cuántas veces habeis pedido el uno por el otro?
¿Cuántas veces habeis pedido por vuestro amor para que el Señor lo purifique?
-El matrimonio sin oración es un coche sin ruedas. Pablo nos enseña que existe un gran misterio entre Cristo y la Iglesia, este misterio se alcanza solamente a vislumbrar a través de la oración si la Esposa del Cordero con la oración llega al lado del Señor cuanto no más nuestros matrimonios necesitan de continua oración.
Colosenses 3:19 Esposos, amad a vuestras esposas y no os amarguéis contra ellas.
1 Pedro 3:7 Vosotros, maridos, de la misma manera vivid con ellas con comprensión, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
1 Pedro 3:1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que si algunos no obedecen a la palabra, también sean ganados sin una palabra por medio de la conducta de sus mujeres, 2 al observar vuestra reverente y casta manera de vivir. 3 Vuestro adorno no sea el exterior, con arreglos ostentosos del cabello y adornos de oro, ni en vestir ropa lujosa; 4 sino que sea la persona interior del corazón, en lo incorruptible de un espíritu tierno y tranquilo. Esto es de gran valor delante de Dios.
Proverbios 31:10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su valor sobrepasa a las perlas. 11 Confía en ella el corazón de su marido, y no carecerá de ganancias. 30 Engañosa es la gracia y vana es la hermosura; la mujer que teme a Yahvé, ella será alabada.
Gálatas 5:15 Pero si os mordéis y os coméis los unos a los otros, mirad que no seáis consumidos los unos por los otros.
Mateo 12:25 Pero como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: -Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá.
3.-DIVORCIO.ADULTERIO:
-Quiero empezar ahora con los primeros problemas podemos encontrarnos en el sacramento del matrimonio aquellos problemas de los cuales Satanas se aprovecha para hacer que se pierda la gracia y el sentido de este Sacramento, y en primer lugar son el Adulterio y el Divorcio. Podemos ver en ambos el reflejo de la sociedad actual es por eso que considero fundamental tocarlos en profundidad para ser conscientes de estos graves pecados y no caer en ellos.
3.1.-ADULTERIO:
14 No cometerás adulterio. Exodo 20:14
32 Pero el que hace adulterar a una mujer es un mentecato; un suicida es el que lo hace;33 encontrará golpes y deshonra y su vergüenza no se borrará.
34 Porque los celos enfurecen al marido. y no tendrá piedad el día de la venganza. Proverbios 6:32-34
22 Luego, no bastó con errar en el conocimiento de Dios; viviendo además la guerra que esta ignorancia les mueve, ellos a tan graves males les dan el nombre de paz.
23 Con sus ritos infanticidas, sus misterios secretos, sus delirantes orgías de costumbres extravagantes,
24 ni sus vidas ni sus matrimonios conservan ya puros.Uno elimina a otro a traición o le aflige dándole bastardos;
25 por doquiera, en confusión, sangre y muerte, robo y fraude, corrupción, deslealtad, agitación, perjurio,
26 trastorno del bien, olvido de la gratitud, inmundicia en las almas, inversión en los sexos, matrimonios libres, adulterios, libertinaje.
27 Que es culto de los ídolos sin nombre principio, causa y término de todos los males.
28 Porque o se divierten alocadamente, o manifiestan oráculos falsos, o viven una vida de injusticia, o con toda facilidad perjuran:
29 como los ídolos en que confían no tienen vida, no esperan que del perjurio se les siga algún mal. Sabiduria 14:22-29
23 Primero, ha desobedecido a la ley del Altísimo, segundo, ha faltado a su marido, tercero, ha cometido adulterio y de otro hombre le ha dado hijos. Eclesiastico 23:23
-Vemos como claramente el adulterio esta fuera de los planes de Dios. Alguno podria aun objetar que estos libros se refieren al AT y por tanto no estan en vigor, recordemos que Cristo no abolio la ley, la ley del AT también nos afecta, y como tal debemos escucharla . De todas formas en el NT también quedo la misma enseñanza:
27 "Habéis oído que se dijo: = No cometerás adulterio. = 28 Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
29 Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Mateo 5:27-29
31 "También se dijo: = El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. =
32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio. Mateo 5:31-32
21 pues bien, tú que instruyes a los otros ¡a ti mismo no te instruyes! Predicas: ¡no robar!, y ¡robas!
22 Prohíbes el adulterio, y ¡adulteras! Aborreces los ídolos, y ¡saqueas sus templos!
23 Tú que te glorías en la ley, transgrediéndola deshonras a Dios. Romanos 2:21-23
4 Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios. Hebreos 13:4
3.2.-DIVORCIO:
Divorcio es la separación legal de los esposos. La mayoría de los países permiten el divorcio civil y lo regulan en algún grado por medio de la ley civil
Muchas iglesias cristianas interpretan el divorcio civil como el fin del matrimonio y permiten un segundo matrimonio. La Iglesia Católica no acepta que el divorcio civil nulifique el matrimonio. No puede disolver los vínculos matrimoniales ya que estos proceden de Dios. "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre".
La Iglesia reconoce que en algunas circunstancias muy graves es necesaria la separación y la protección de quién corra peligro de ser maltratado. No por ello se disuelven los vínculos matrimoniales.
La Iglesia puede conceder la nulidad matrimonial cuando el matrimonio, desde el principio, careció de un elemento esencial para su validez. Si el matrimonio ha sido anulado ambos pueden quedar libres para casarse. El Tribunal puede, sin embargo, establecer condiciones o negar el matrimonio eclesiástico si considera que existen impedimentos para ello.
El divorcio atenta contra la indisolubilidad. Hay ocasiones en que los cónyuges se ven obligados al divorcio civil, como medio de protección de los cónyuges y de los hijos, tales como; el cuidado de los hijos, el sostén económico, la separación de los bienes. En estos casos en que el divorcio ayuda legalmente, la Iglesia no se opone. Pero, los cónyuges siguen casados delante de Dios y de la Iglesia, hasta la muerte de uno de los dos. Como consecuencia, a pesar de estar divorciados, no pueden volver a contraer un nuevo matrimonio, pues subsiste el vínculo.
El divorcio sólo puede ser civil.
El divorcio es una ofensa grave a la ley natural, pues rompe el contrato aceptado libremente por los esposos, de vivir juntos hasta la muerte.
El divorcio también es inmoral porque causa un desorden grave en la vida de la familia y de la comunidad. Se dañan los esposos entre sí, se daña a los hijos enormemente, haciéndoles vivir situaciones de angustia. Se dice también, que es una “plaga social” por su efecto contagioso y porque destruye directamente a la base de la sociedad, la familia.
Por esto, se debe tomar en cuenta que no es lo mismo el cónyuge que se esfuerza por vivir fiel al matrimonio, pero es injustamente abandonado por su pareja, que el cónyuge que por una falta grave de su parte, destruye el matrimonio.
El divorcio daña a la familia y a la sociedad porque:
El divorcio hace que la familia sufra mucho
Los hijos se quedan sin el amor y cariño de sus padres, ese daño lo resentirán toda la vida. Vivirán tristes por la desunión de sus padres.
El esposo o esposa abandonado sufre por la traición del otro.
Destruye la tranquilidad tanto del esposo o esposa abandonado, como de sus hijos.
Veamos ahora los fundamentos bíblicos por los cuales la Iglesia no admite el divorcio:
31 "También se dijo: = El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. =
32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio. Mateo 5:31-32
18 "Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con una repudiada por su marido, comete adulterio. Lucas 16:18
9 Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer - no por fornicación - y se case con otra, comete adulterio." Mateo 19:9
La doctrina católica sobre este paso y sobre la cuestión del matrimonio y el divorcio, en general, puede resumirse como sigue: un matrimonio sacramental válido es indisoluble, es decir, que no se puede deshacer, siempre y cuando ambos cónyuges están vivos Según Mateo 19:6, los esposos "ya no son dos sino una sola carne..” Por lo tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre "
2 Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: "¿Puede el marido repudiar a la mujer?"
3 El les respondió: ¿Qué os prescribió Moisés?"
4 Ellos le dijeron: "Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla."
5 Jesús les dijo: "Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto.
6 Pero desde el comienzo de la creación, = El los hizo varón y hembra. =
7 = Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, =
8 = y los dos se harán una sola carne. = De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
9 Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre." Marcos 10:2-9
Claramente aquí se ve la indisolubilidad del matrimonio, a Cristo le preguntan cuando se puede repudiar a una mujer y Cristo contesta que lo que Dios unió no lo separe el hombre como enseñanza final es decir, que si Dios les une en Santo matrimonio , es porque él sabe que aun cuando haya problema entre ellos podran vivir como matrimonio y por tanto deben prevalecer las leyes divinas ante las leyes humanas.
-Es más versículos después le vuelven a insistir a Cristo y este sigue enseñando lo mismo:
10 Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto.
11 El les dijo: "Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla;
12 y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio." Marcos 10:10-12
Recordemos que dice la RAE sobre repudiar:
repudiar. (Del lat. repudiāre).
1. tr. Rechazar algo, no aceptarlo. Repudiar la ley. Repudiar la paz. Repudiar un consejo.
2. tr. Rechazar a la mujer propia.-Es decir, repudiar es rechazar a tu propia esposa, eso mismo le preguntan al Señor y el mismo les dice: 7 = Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, =
8 = y los dos se harán una sola carne. = De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
9 Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre." Marcos 10:7-9
Asi que dejo claro, no es el hombre quien debe rechazar a la mujer, al hacer esto esta rechazando la voluntad de Dios.
15 ¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espíritu? Y este uno ¿qué busca? ¡Una posteridad dada por Dios! Guardad, pues, vuestro espíritu; no traiciones a la esposa de tu juventud.16 Pues yo odio el repudio, dice Yahveh Dios de Israel, y al que encubre con su vestido la violencia, dice Yahveh Sebaot. Guardad, pues, vuestro espíritu y no cometáis tal traición. Malaquias 2:15-16
Exactamente es eso, Dios odia el repudio o sea el rechazar a tu mujer, y en eso consiste el divorcio, podemos entonces claramente decir que Dios odia el divorcio. "Hermanos (hablo con los que conocen la ley), ¿ignoráis que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive? 2 Porque la mujer casada está ligada por la ley a su esposo mientras vive; pero si su esposo muere, ella está libre de la ley del esposo. 3 Por lo tanto, si ella se une con otro hombre mientras vive su esposo, será llamada adúltera. Pero si su esposo muere, ella es libre de la ley; y si se une con otro esposo, no es adúltera "Romanos 7:1-3
-Una vez vistas las bases biblicas del divorcio, podemos responder a la pregunta: ¿Por qué la Iglesia no acepta el divorcio?
Porque fácilmente, la Biblia lo condena, no le gusta a Dios (Mlaquias 2:13-16) y el mismo Cristo enseño que el matrimonio es indisoluble y que el hombre no puede deshacer lo que Dios hizo. (Mateo 5:31-32; 19:3-9; Marcos 10:9; Lucas 16:18; 1 Corintios 7:10-11), y deroga la tolerancia que se había introducido en la ley antigua (cf Mateo 19:7-9).)
El divorcio es una ofensa grave a la ley natural. Pretende romper el contrato, aceptado libremente por los esposos, de vivir juntos hasta la muerte. El divorcio atenta contra la Alianza de salvación de la cual el matrimonio sacramental es un signo. El hecho de contraer una nueva unión, aunque reconocida por la ley civil, aumenta la gravedad de la ruptura: el cónyuge casado de nuevo se halla entonces en situación de adulterio público y permanente.
El divorcio adquiere también su carácter inmoral a causa del desorden que introduce en la célula familiar y en la sociedad. Este desorden entraña daños graves: para el cónyuge, que se ve abandonado; para los hijos, traumatizados por la separación de los padres, y a menudo viviendo en tensión a causa de sus padres; por su efecto contagioso, que hace de él una verdadera plaga social.
3.2.1.-NULIDAD Y ANULACIÓN.SEPARACIÓN EN EL MATRIMONIO
Matrimonios nulos y anulaciones de matrimonios
Apliquemos esta doctrina al matrimonio canónico, el matrimonio celebrado según los ritos de la Iglesia. Dado que la Iglesia quiere ser fiel a la doctrina de Jesucristo, ha de dar relevancia a la enseñanza contenida en Mateo 19, 6: lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Por lo tanto, la Iglesia considera que no tiene potestad para disolver un matrimonio. Usando la terminología explicada, se debe decir que la Iglesia no tiene potestad para anular el vínculo matrimonial. Es necesario, sin embargo, añadir algunos matices.
El canon 1141 comienza un sección del Código de Derecho canónico titulada precisamente “De la disolución del vínculo (matrimonial)”. ¿Qué quiere decir aquí el Código de Derecho Canónico?
Ciertamente, es posible disolver el vínculo matrimonial en algunos casos. El propio canon 1141 nos da la clave de esta cuestión:
Canon 1141: El matrimonio rato y consumado no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni por ninguna causa fuera de la muerte.
Por lo tanto, es posible anular el matrimonio si éste no es rato, o no ha sido consumado. Se entiende que el matrimonio es rato si es sacramental, es decir, cualquier matrimonio válido entre bautizados. Y se entiende que el matrimonio ha sido consumado “si los cónyuges han realizado de modo humano el acto conyugal apto de por sí para engendrar la prole” (canon 1061). En estos casos, es posible pedir al Romano Pontífice la anulación del matrimonio. Los cánones 1142 y siguientes regulan los supuestos más comunes, entre los que se cuentan el privilegio paulino, el privilegio petrino y la disolución del matrimonio rato y no consumado.
Pero si el matrimonio es rato y consumado, no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni siquiera por el Romano Pontífice. Los Papas han sido siempre conscientes de este límite de su potestad, siendo el ejemplo histórico más conocido el del matrimonio entre Enrique VIII de Inglaterra y Catalina de Aragón. En ese caso el Papa no dudó en declarar la imposibilidad de satisfacer la pretensión de Enrique VIII, a pesar de que existía la amenaza de un cisma. Por lo tanto -salvo en los supuestos citados, que son poco frecuentes como se puede conjeturar- la Iglesia no anula ningún matrimonio. Los procesos matrimoniales canónicos tienen la finalidad de dilucidar la duda de la validez o no de un matrimonio. Si es el caso, el tribunal eclesiástico declara la nulidad del matrimonio. Se puede decir, por lo tanto, que en términos generales la Iglesia no puede anular matrimonios. No lo hace, ni tampoco pretende hacerlo.
Las faltas y debilidades de cada uno son compensadas por sus propias virtudes. Cada cual posee lo que al otro le falta, y esto resulta en una amorosa dependencia entre ellos para su mutuo crecimiento y transformación. Si marido y mujer pueden hacerse el hábito de mirarse sacramentalmente, viendo la belleza de Dios en el alma de cada uno, tratando de aumentar esa belleza edificándose, creciendo unidos a imagen de Jesús, entonces este sacramento del Matrimonio porta el sello de Dios Vivo.
Los temperamentos que pueden ser ocasión de problemas son vistos como escalones de piedra hacia la santidad, como herramientas en sus manos que pueden quitar la autosuficiencia, la susceptibilidad, la ira, los celos y la intemperancia. Cuando el crecimiento personal en el propio conocimiento los conduce a revestirse de Jesús, entonces la vida matrimonial se convierte en el propósito para el cual fue creada. La oración y la presencia de Dios son necesarias en cualquier estado de vida, pero cuanto más importantes en aquellos estados que son en sí mismos un sacramento.
-Podemos pues resumir todo esto en lo siguiente:
1.-El Matrimonio es el sacramento que santifica la unión indisoluble entre un hombre y una mujer cristianos, y les concede la gracia para cumplir fielmente sus deberes de esposos y de padres.
2.- Las propiedades esenciales del Matrimonio son: unidad, indisolubilidad y apertura a la fecundidad.
3.- El sacramento del matrimonio debe recibirse en estado de gracia y con la debida preparación; por ello se le recomienda a los contrayentes confesarles antes.
La preparación al matrimonio constituye un momento providencial y privilegiado para cuantos se orientan hacia este sacramento cristiano y un kairós, es decir, un tiempo en el que Dios interpela a los novios y les lleva al discernimiento sobre la vocación matrimonial y la vida en la que ésta introduce. El noviazgo entra en el contexto de un denso proceso de evangelización. De hecho confluyen en la vida de los novios, futuros esposos, cuestiones que inciden en la familia. Por ello, se les invita a comprender qué significa el amor responsable y maduro de la comunidad de vida y amor que será su familia, verdadera iglesia doméstica que enriquecerá a la Iglesia entera. .
2.-FUNDAMENTO BIBLICO:
Instituído por Dios en la Creación de la raza humana y ratificado en su Divina Encarnación:
Gen 2, 24 "Dejará el hombre a su padre y a su madre y se adherirá a su mujer, y vendrán a ser los dos una sola carne.” Mat 19, 4-6 "El respondió: ¿No habéis leído que al principio el Creador los hizo varón y hembra? Dijo: “Por esto dejará el hombre al padre y a la madre y se unirá a la mujer, y serán los dos una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Por tanto, lo que Dios unió no lo separe el hombre".
Quien le dió la doctrina de Sacramento fue el bienaventurado apóstol Pablo:
Efesios 5, 22- 33 "Las casadas estén sujetas a sus maridos como al Señor, por que el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia y salvador de su cuerpo. Y como la Iglesia está sujeta a Cristo, así las mujeres a su maridos en todo. Vosotros, los maridos, amad a vuestras mujeres, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella. Para santificarla, purificándola, mediante el lavado del agua, con la palabra, a fin de presentársela así gloriosa, sin mancha o arruga o cosa semejante, sino santa e intachable. Los maridos deben amar a sus mujeres como a su propio cuerpo. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama, y nadie aborrece jamás a su propia carne, sino que la alimenta y la abriga, como Cristo a la Iglesia, por que somos miembros de su cuerpo. “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán dos en una carne”. Gran misterio es éste, pero yo lo aplico a Cristo y a la Iglesia. Por lo demás, ame cada uno a su mujer, y ámela como a sí mismo, y la mujer reverencie a su marido".
Y fue también san Pablo quien nos enseñó en que consiste el matrimonio cristiano:
1ª Corintios 7, 3- 5 "El marido otorgue lo que es debido a la mujer, e igualmente la mujer al marido. La mujer no es dueña de su propio cuerpo: es el marido; e igualmente, el marido no es dueño de su propio cuerpo: es la mujer. No os defraudéis uno al otro, a no ser de común acuerdo por algún tiempo, para daros a la oración, y de nuevo volved a lo mismo a fin de que no os tiente Satanás de incontinencia."
La Iglesia lo que ha hecho en su Magisterio ha sido recordarnos a cada momento lo que Dios creó y en su Encarnación confirmó.
-En el caso de este Sacramento recordarlo a través del Magisterio de la Iglesia inspirado en la propia Sagrada Escritura.
-Si observamos vemos como San Pablo nos enseña cual es la función del matrimonio:
El marido lo compara a Cristo y a la mujer a la Iglesia, tal y como es el matrimonio divino entre Cristo y su Iglesia a base de ese ejemplo debemos intentar llevar nuestro matrimonio, para lo cual debemos amar a la mujer como a nosotros mismos nos amamos, debemos cuidarla y respetarla como Cristo cuida a su Iglesia. El marido es Cabeza de la mujer y ambos deben ser fieles. La unión entre ellos forma una sola carne, así como la unión entre Cristo y su Iglesia forma un solo ser , donde Cristo es la Cabeza y la Iglesia es el cuerpo pero ambos son solamente uno, eso es lo que San Pablo desea que hombre y mujer sean solamente uno.
En el pasaje de los corintios Pablo nos enseña que debemos en el matrimonio entregarnos totalmente a nuestra esposa o esposo, es por eso dice, nuestro cuerpo es de nuestra mujer, y el de la mujer nuestro, para enseñar lo mismo que ambos son solamente uno y existe total identidad entre los dos, total entrega y total amor. En estos pasajes se ve claramente como San Pablo considera a la mujer de la misma igualdad que el hombre, y recalca también la importancia que tiene la oración en el matrimonio, pues esta fortalecerá el matrimonio y lo hará más santo y ejemplar.
-Me gustaría dejar aquí unas preguntas par que todos aquellos estén casados la piensen y mediten:
¿Cuántas veces oras con tu esposo o esposa al cabo de la semana?
¿Cuantos minutos dedicais ambos como matrimonio al Señor?
¿Cuántas veces habeis pedido el uno por el otro?
¿Cuántas veces habeis pedido por vuestro amor para que el Señor lo purifique?
-El matrimonio sin oración es un coche sin ruedas. Pablo nos enseña que existe un gran misterio entre Cristo y la Iglesia, este misterio se alcanza solamente a vislumbrar a través de la oración si la Esposa del Cordero con la oración llega al lado del Señor cuanto no más nuestros matrimonios necesitan de continua oración.
Colosenses 3:19 Esposos, amad a vuestras esposas y no os amarguéis contra ellas.
1 Pedro 3:7 Vosotros, maridos, de la misma manera vivid con ellas con comprensión, dando honor a la mujer como a vaso más frágil y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no sean estorbadas.
1 Pedro 3:1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que si algunos no obedecen a la palabra, también sean ganados sin una palabra por medio de la conducta de sus mujeres, 2 al observar vuestra reverente y casta manera de vivir. 3 Vuestro adorno no sea el exterior, con arreglos ostentosos del cabello y adornos de oro, ni en vestir ropa lujosa; 4 sino que sea la persona interior del corazón, en lo incorruptible de un espíritu tierno y tranquilo. Esto es de gran valor delante de Dios.
Proverbios 31:10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su valor sobrepasa a las perlas. 11 Confía en ella el corazón de su marido, y no carecerá de ganancias. 30 Engañosa es la gracia y vana es la hermosura; la mujer que teme a Yahvé, ella será alabada.
Gálatas 5:15 Pero si os mordéis y os coméis los unos a los otros, mirad que no seáis consumidos los unos por los otros.
Mateo 12:25 Pero como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo: -Todo reino dividido contra sí mismo está arruinado. Y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá.
3.-DIVORCIO.ADULTERIO:
-Quiero empezar ahora con los primeros problemas podemos encontrarnos en el sacramento del matrimonio aquellos problemas de los cuales Satanas se aprovecha para hacer que se pierda la gracia y el sentido de este Sacramento, y en primer lugar son el Adulterio y el Divorcio. Podemos ver en ambos el reflejo de la sociedad actual es por eso que considero fundamental tocarlos en profundidad para ser conscientes de estos graves pecados y no caer en ellos.
3.1.-ADULTERIO:
14 No cometerás adulterio. Exodo 20:14
32 Pero el que hace adulterar a una mujer es un mentecato; un suicida es el que lo hace;33 encontrará golpes y deshonra y su vergüenza no se borrará.
34 Porque los celos enfurecen al marido. y no tendrá piedad el día de la venganza. Proverbios 6:32-34
22 Luego, no bastó con errar en el conocimiento de Dios; viviendo además la guerra que esta ignorancia les mueve, ellos a tan graves males les dan el nombre de paz.
23 Con sus ritos infanticidas, sus misterios secretos, sus delirantes orgías de costumbres extravagantes,
24 ni sus vidas ni sus matrimonios conservan ya puros.Uno elimina a otro a traición o le aflige dándole bastardos;
25 por doquiera, en confusión, sangre y muerte, robo y fraude, corrupción, deslealtad, agitación, perjurio,
26 trastorno del bien, olvido de la gratitud, inmundicia en las almas, inversión en los sexos, matrimonios libres, adulterios, libertinaje.
27 Que es culto de los ídolos sin nombre principio, causa y término de todos los males.
28 Porque o se divierten alocadamente, o manifiestan oráculos falsos, o viven una vida de injusticia, o con toda facilidad perjuran:
29 como los ídolos en que confían no tienen vida, no esperan que del perjurio se les siga algún mal. Sabiduria 14:22-29
23 Primero, ha desobedecido a la ley del Altísimo, segundo, ha faltado a su marido, tercero, ha cometido adulterio y de otro hombre le ha dado hijos. Eclesiastico 23:23
-Vemos como claramente el adulterio esta fuera de los planes de Dios. Alguno podria aun objetar que estos libros se refieren al AT y por tanto no estan en vigor, recordemos que Cristo no abolio la ley, la ley del AT también nos afecta, y como tal debemos escucharla . De todas formas en el NT también quedo la misma enseñanza:
27 "Habéis oído que se dijo: = No cometerás adulterio. = 28 Pues yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.
29 Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de pecado, sácatelo y arrójalo de ti; más te conviene que se pierda uno de tus miembros, que no que todo tu cuerpo sea arrojado a la gehenna. Mateo 5:27-29
31 "También se dijo: = El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. =
32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio. Mateo 5:31-32
21 pues bien, tú que instruyes a los otros ¡a ti mismo no te instruyes! Predicas: ¡no robar!, y ¡robas!
22 Prohíbes el adulterio, y ¡adulteras! Aborreces los ídolos, y ¡saqueas sus templos!
23 Tú que te glorías en la ley, transgrediéndola deshonras a Dios. Romanos 2:21-23
4 Tened todos en gran honor el matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y adúlteros los juzgará Dios. Hebreos 13:4
3.2.-DIVORCIO:
Divorcio es la separación legal de los esposos. La mayoría de los países permiten el divorcio civil y lo regulan en algún grado por medio de la ley civil
Muchas iglesias cristianas interpretan el divorcio civil como el fin del matrimonio y permiten un segundo matrimonio. La Iglesia Católica no acepta que el divorcio civil nulifique el matrimonio. No puede disolver los vínculos matrimoniales ya que estos proceden de Dios. "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre".
La Iglesia reconoce que en algunas circunstancias muy graves es necesaria la separación y la protección de quién corra peligro de ser maltratado. No por ello se disuelven los vínculos matrimoniales.
La Iglesia puede conceder la nulidad matrimonial cuando el matrimonio, desde el principio, careció de un elemento esencial para su validez. Si el matrimonio ha sido anulado ambos pueden quedar libres para casarse. El Tribunal puede, sin embargo, establecer condiciones o negar el matrimonio eclesiástico si considera que existen impedimentos para ello.
El divorcio atenta contra la indisolubilidad. Hay ocasiones en que los cónyuges se ven obligados al divorcio civil, como medio de protección de los cónyuges y de los hijos, tales como; el cuidado de los hijos, el sostén económico, la separación de los bienes. En estos casos en que el divorcio ayuda legalmente, la Iglesia no se opone. Pero, los cónyuges siguen casados delante de Dios y de la Iglesia, hasta la muerte de uno de los dos. Como consecuencia, a pesar de estar divorciados, no pueden volver a contraer un nuevo matrimonio, pues subsiste el vínculo.
El divorcio sólo puede ser civil.
El divorcio es una ofensa grave a la ley natural, pues rompe el contrato aceptado libremente por los esposos, de vivir juntos hasta la muerte.
El divorcio también es inmoral porque causa un desorden grave en la vida de la familia y de la comunidad. Se dañan los esposos entre sí, se daña a los hijos enormemente, haciéndoles vivir situaciones de angustia. Se dice también, que es una “plaga social” por su efecto contagioso y porque destruye directamente a la base de la sociedad, la familia.
Por esto, se debe tomar en cuenta que no es lo mismo el cónyuge que se esfuerza por vivir fiel al matrimonio, pero es injustamente abandonado por su pareja, que el cónyuge que por una falta grave de su parte, destruye el matrimonio.
El divorcio daña a la familia y a la sociedad porque:
El divorcio hace que la familia sufra mucho
Los hijos se quedan sin el amor y cariño de sus padres, ese daño lo resentirán toda la vida. Vivirán tristes por la desunión de sus padres.
El esposo o esposa abandonado sufre por la traición del otro.
Destruye la tranquilidad tanto del esposo o esposa abandonado, como de sus hijos.
Veamos ahora los fundamentos bíblicos por los cuales la Iglesia no admite el divorcio:
31 "También se dijo: = El que repudie a su mujer, que le dé acta de divorcio. =
32 Pues yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, excepto el caso de fornicación, la hace ser adúltera; y el que se case con una repudiada, comete adulterio. Mateo 5:31-32
18 "Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con una repudiada por su marido, comete adulterio. Lucas 16:18
9 Ahora bien, os digo que quien repudie a su mujer - no por fornicación - y se case con otra, comete adulterio." Mateo 19:9
La doctrina católica sobre este paso y sobre la cuestión del matrimonio y el divorcio, en general, puede resumirse como sigue: un matrimonio sacramental válido es indisoluble, es decir, que no se puede deshacer, siempre y cuando ambos cónyuges están vivos Según Mateo 19:6, los esposos "ya no son dos sino una sola carne..” Por lo tanto, lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre "
2 Se acercaron unos fariseos que, para ponerle a prueba, preguntaban: "¿Puede el marido repudiar a la mujer?"
3 El les respondió: ¿Qué os prescribió Moisés?"
4 Ellos le dijeron: "Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla."
5 Jesús les dijo: "Teniendo en cuenta la dureza de vuestro corazón escribió para vosotros este precepto.
6 Pero desde el comienzo de la creación, = El los hizo varón y hembra. =
7 = Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, =
8 = y los dos se harán una sola carne. = De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
9 Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre." Marcos 10:2-9
Claramente aquí se ve la indisolubilidad del matrimonio, a Cristo le preguntan cuando se puede repudiar a una mujer y Cristo contesta que lo que Dios unió no lo separe el hombre como enseñanza final es decir, que si Dios les une en Santo matrimonio , es porque él sabe que aun cuando haya problema entre ellos podran vivir como matrimonio y por tanto deben prevalecer las leyes divinas ante las leyes humanas.
-Es más versículos después le vuelven a insistir a Cristo y este sigue enseñando lo mismo:
10 Y ya en casa, los discípulos le volvían a preguntar sobre esto.
11 El les dijo: "Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla;
12 y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio." Marcos 10:10-12
Recordemos que dice la RAE sobre repudiar:
repudiar. (Del lat. repudiāre).
1. tr. Rechazar algo, no aceptarlo. Repudiar la ley. Repudiar la paz. Repudiar un consejo.
2. tr. Rechazar a la mujer propia.-Es decir, repudiar es rechazar a tu propia esposa, eso mismo le preguntan al Señor y el mismo les dice: 7 = Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, =
8 = y los dos se harán una sola carne. = De manera que ya no son dos, sino una sola carne.
9 Pues bien, lo que Dios unió, no lo separe el hombre." Marcos 10:7-9
Asi que dejo claro, no es el hombre quien debe rechazar a la mujer, al hacer esto esta rechazando la voluntad de Dios.
15 ¿No ha hecho él un solo ser, que tiene carne y espíritu? Y este uno ¿qué busca? ¡Una posteridad dada por Dios! Guardad, pues, vuestro espíritu; no traiciones a la esposa de tu juventud.16 Pues yo odio el repudio, dice Yahveh Dios de Israel, y al que encubre con su vestido la violencia, dice Yahveh Sebaot. Guardad, pues, vuestro espíritu y no cometáis tal traición. Malaquias 2:15-16
Exactamente es eso, Dios odia el repudio o sea el rechazar a tu mujer, y en eso consiste el divorcio, podemos entonces claramente decir que Dios odia el divorcio. "Hermanos (hablo con los que conocen la ley), ¿ignoráis que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que vive? 2 Porque la mujer casada está ligada por la ley a su esposo mientras vive; pero si su esposo muere, ella está libre de la ley del esposo. 3 Por lo tanto, si ella se une con otro hombre mientras vive su esposo, será llamada adúltera. Pero si su esposo muere, ella es libre de la ley; y si se une con otro esposo, no es adúltera "Romanos 7:1-3
-Una vez vistas las bases biblicas del divorcio, podemos responder a la pregunta: ¿Por qué la Iglesia no acepta el divorcio?
Porque fácilmente, la Biblia lo condena, no le gusta a Dios (Mlaquias 2:13-16) y el mismo Cristo enseño que el matrimonio es indisoluble y que el hombre no puede deshacer lo que Dios hizo. (Mateo 5:31-32; 19:3-9; Marcos 10:9; Lucas 16:18; 1 Corintios 7:10-11), y deroga la tolerancia que se había introducido en la ley antigua (cf Mateo 19:7-9).)
El divorcio es una ofensa grave a la ley natural. Pretende romper el contrato, aceptado libremente por los esposos, de vivir juntos hasta la muerte. El divorcio atenta contra la Alianza de salvación de la cual el matrimonio sacramental es un signo. El hecho de contraer una nueva unión, aunque reconocida por la ley civil, aumenta la gravedad de la ruptura: el cónyuge casado de nuevo se halla entonces en situación de adulterio público y permanente.
El divorcio adquiere también su carácter inmoral a causa del desorden que introduce en la célula familiar y en la sociedad. Este desorden entraña daños graves: para el cónyuge, que se ve abandonado; para los hijos, traumatizados por la separación de los padres, y a menudo viviendo en tensión a causa de sus padres; por su efecto contagioso, que hace de él una verdadera plaga social.
3.2.1.-NULIDAD Y ANULACIÓN.SEPARACIÓN EN EL MATRIMONIO
Matrimonios nulos y anulaciones de matrimonios
Apliquemos esta doctrina al matrimonio canónico, el matrimonio celebrado según los ritos de la Iglesia. Dado que la Iglesia quiere ser fiel a la doctrina de Jesucristo, ha de dar relevancia a la enseñanza contenida en Mateo 19, 6: lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Por lo tanto, la Iglesia considera que no tiene potestad para disolver un matrimonio. Usando la terminología explicada, se debe decir que la Iglesia no tiene potestad para anular el vínculo matrimonial. Es necesario, sin embargo, añadir algunos matices.
El canon 1141 comienza un sección del Código de Derecho canónico titulada precisamente “De la disolución del vínculo (matrimonial)”. ¿Qué quiere decir aquí el Código de Derecho Canónico?
Ciertamente, es posible disolver el vínculo matrimonial en algunos casos. El propio canon 1141 nos da la clave de esta cuestión:
Canon 1141: El matrimonio rato y consumado no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni por ninguna causa fuera de la muerte.
Por lo tanto, es posible anular el matrimonio si éste no es rato, o no ha sido consumado. Se entiende que el matrimonio es rato si es sacramental, es decir, cualquier matrimonio válido entre bautizados. Y se entiende que el matrimonio ha sido consumado “si los cónyuges han realizado de modo humano el acto conyugal apto de por sí para engendrar la prole” (canon 1061). En estos casos, es posible pedir al Romano Pontífice la anulación del matrimonio. Los cánones 1142 y siguientes regulan los supuestos más comunes, entre los que se cuentan el privilegio paulino, el privilegio petrino y la disolución del matrimonio rato y no consumado.
Pero si el matrimonio es rato y consumado, no puede ser disuelto por ningún poder humano, ni siquiera por el Romano Pontífice. Los Papas han sido siempre conscientes de este límite de su potestad, siendo el ejemplo histórico más conocido el del matrimonio entre Enrique VIII de Inglaterra y Catalina de Aragón. En ese caso el Papa no dudó en declarar la imposibilidad de satisfacer la pretensión de Enrique VIII, a pesar de que existía la amenaza de un cisma. Por lo tanto -salvo en los supuestos citados, que son poco frecuentes como se puede conjeturar- la Iglesia no anula ningún matrimonio. Los procesos matrimoniales canónicos tienen la finalidad de dilucidar la duda de la validez o no de un matrimonio. Si es el caso, el tribunal eclesiástico declara la nulidad del matrimonio. Se puede decir, por lo tanto, que en términos generales la Iglesia no puede anular matrimonios. No lo hace, ni tampoco pretende hacerlo.
Los procesos de nulidad matrimonial
Por lo tanto, cuando las partes acuden a los tribunales eclesiásticos por causas de índole matrimonial, lo que hacen es preguntar a la autoridad eclesiástica competente si un matrimonio es nulo. Formalmente no acuden para que se les solucione un problema, sino para resolver una duda de conciencia: la de si se han casado verdaderamente o su matrimonio fue nulo. Por supuesto, si han dado ese paso es porque existen problemas, y la nulidad del matrimonio sería la solución. Pero la pregunta que se le hace al tribunal eclesiástico es la de la nulidad del matrimonio, lo cual es independiente de lo que haya ocurrido en el transcurso de la vida matrimonial.
Naturalmente, el tribunal sólo puede dar dos respuestas, reconociendo la nulidad o la validez: sentencia pro nullitate o pro validitate. Y de acuerdo con lo que llevamos dicho, al tribunal no le interesa lo ocurrido durante la vida del matrimonio. Lo que le interesa es lo que ocurrió en el momento de la celebración del matrimonio: el juez eclesiástico intentará establecer si verdaderamente se celebró el matrimonio, o por el contrario, se interpuso alguna dificultad objetiva que hizo que el consentimiento emitido no fuera válido. Las causas de nulidad matrimonial son, brevemente, la existencia de un impedimento, el defecto de forma válida o el vicio de consentimiento.
No se debe olvidar que forma parte de la función pastoral de la Iglesia la búsqueda de la verdad. No es una actitud pastoral válida la respuesta del juez que no esté de acuerdo con la verdad objetiva. El juez, por lo tanto, habrá de dictar la sentencia que más se acerque a la verdad objetiva, aunque defraude las expectativas de las partes. Verdaderamente, no defraudará las expectativas de las partes si la sentencia se ajusta a derecho.
Queda claro, así, que -salvo las excepciones comentadas- es un error terminológico decir que la Iglesia anula matrimonios: los declara nulos si es el caso, pero no puede anular matrimonios. Los tribunales de la Iglesia no hacen nulo un matrimonio, sino que se limitan a constatar una nulidad preexistente.
El derecho canónico y los matrimonios que tienen problemas
Si lo cónyuges se llevan mal, y el matrimonio fue válido, el problema por el que acudieron al tribunal eclesiástico permanece en pie. ¿El derecho canónico les obliga a vivir juntos toda la vida? O formulado con crudeza, ¿están condenados a ser marido y mujer, aunque no ya no se quieran, por siempre?
La Iglesia tiene en cuenta la naturaleza humana en la configuración del matrimonio. Cuando declara la imposibilidad de reconocer el divorcio no les obliga a vivir juntos de por vida; los matrimonios con problemas tienen otras soluciones, que aquí no se pueden detallar por no ser el lugar. Entre ellas está la separación matrimonial permaneciendo el vínculo (cánones 1151 y siguientes). Pero no se puede pretender que la Iglesia rompa el vínculo matrimonial, para lo cual no tiene potestad, ni tampoco que el juez declare lo que no es cierto.
¿De modo que me hice enemigo vuestro por deciros la Verdad?Gálatas 4:16
Preparado por: Jesús Manuel Urones Rodriguez y Yasmin Ore Ramirez.
Por lo tanto, cuando las partes acuden a los tribunales eclesiásticos por causas de índole matrimonial, lo que hacen es preguntar a la autoridad eclesiástica competente si un matrimonio es nulo. Formalmente no acuden para que se les solucione un problema, sino para resolver una duda de conciencia: la de si se han casado verdaderamente o su matrimonio fue nulo. Por supuesto, si han dado ese paso es porque existen problemas, y la nulidad del matrimonio sería la solución. Pero la pregunta que se le hace al tribunal eclesiástico es la de la nulidad del matrimonio, lo cual es independiente de lo que haya ocurrido en el transcurso de la vida matrimonial.
Naturalmente, el tribunal sólo puede dar dos respuestas, reconociendo la nulidad o la validez: sentencia pro nullitate o pro validitate. Y de acuerdo con lo que llevamos dicho, al tribunal no le interesa lo ocurrido durante la vida del matrimonio. Lo que le interesa es lo que ocurrió en el momento de la celebración del matrimonio: el juez eclesiástico intentará establecer si verdaderamente se celebró el matrimonio, o por el contrario, se interpuso alguna dificultad objetiva que hizo que el consentimiento emitido no fuera válido. Las causas de nulidad matrimonial son, brevemente, la existencia de un impedimento, el defecto de forma válida o el vicio de consentimiento.
No se debe olvidar que forma parte de la función pastoral de la Iglesia la búsqueda de la verdad. No es una actitud pastoral válida la respuesta del juez que no esté de acuerdo con la verdad objetiva. El juez, por lo tanto, habrá de dictar la sentencia que más se acerque a la verdad objetiva, aunque defraude las expectativas de las partes. Verdaderamente, no defraudará las expectativas de las partes si la sentencia se ajusta a derecho.
Queda claro, así, que -salvo las excepciones comentadas- es un error terminológico decir que la Iglesia anula matrimonios: los declara nulos si es el caso, pero no puede anular matrimonios. Los tribunales de la Iglesia no hacen nulo un matrimonio, sino que se limitan a constatar una nulidad preexistente.
El derecho canónico y los matrimonios que tienen problemas
Si lo cónyuges se llevan mal, y el matrimonio fue válido, el problema por el que acudieron al tribunal eclesiástico permanece en pie. ¿El derecho canónico les obliga a vivir juntos toda la vida? O formulado con crudeza, ¿están condenados a ser marido y mujer, aunque no ya no se quieran, por siempre?
La Iglesia tiene en cuenta la naturaleza humana en la configuración del matrimonio. Cuando declara la imposibilidad de reconocer el divorcio no les obliga a vivir juntos de por vida; los matrimonios con problemas tienen otras soluciones, que aquí no se pueden detallar por no ser el lugar. Entre ellas está la separación matrimonial permaneciendo el vínculo (cánones 1151 y siguientes). Pero no se puede pretender que la Iglesia rompa el vínculo matrimonial, para lo cual no tiene potestad, ni tampoco que el juez declare lo que no es cierto.
¿De modo que me hice enemigo vuestro por deciros la Verdad?Gálatas 4:16
Preparado por: Jesús Manuel Urones Rodriguez y Yasmin Ore Ramirez.