1. Evangelios de la infancia
n Se llama así a los caps. de Mt y Lc que narran el nacimiento, la infancia y la vida de Jesús hasta el inicio de su ministerio público.
- Caps 1 y 2 de ambos evangelios y constituyen un prólogo a la vida pública del Señor.
- Estos prólogos diferentes al de Jn; presentan la hist. de unos sucesos (lugar y en un tiempo determinado).
n Estas narraciones de la infancia no están escritas con un fin primariamente histórico-biográfico. Tienen una «intencionalidad teológica». Lc dice que después de una seria y competente investigación, escribe de una forma ordenada los hechos acaecidos, para dejar patente la solidez de la fe. Por tanto, está fuera de duda el carácter histórico de su narración, como algunos han cuestionado.
n Es casi seguro que las fuentes orales en las que se basan estos dos relatos son distintas e independientes. Algunos han pensado que el texto de Mt procede de una tradición vinculada a la familia de San José, en tanto que el de Lc recoge el testimonio de María. Sin embargo, a pesar de las diferencias entre estas narraciones, hay en ambas un núcleo común muy determinado:
b) desposada con José, de la casa de David;
c) María concibió cuando aún no vivían juntos;
d) la concepción virginal por obra del Espíritu Santo;
e) el anuncio del ángel a María y a José;
f) el nombre del niño: Jesús;
g) el nacimiento en Belén;
h) el parto tiene lugar cuando José y María viven juntos en matrimonio legal;
i) en tiempo de Herodes el Grande;
j) posteriormente, establecen su domicilio en Nazaret.
n Encontramos las siguientes diferencias:
a) Mt la genealogía viene al principio del texto; en Lc en el cap. 3, después del Bautismo del Señor. Ambas van en sentido inverso: en Mt de Abraham a Jesús y en Lc de Jesús hasta Adán;b) José es el personaje central de Mt; María es la que conduce la trama argumental en el de Lc;
c) Aspectos de Mt 2 no se menciona en Lc; y a la inversa: la hist. J. Bautista, que ocupa una buena parte del relato lucano, no se cita en Mt;
d) Mt se apoya en textos de cumplimiento del A.T.; Lc lo relaciona con las profecías mediante himnos, en donde hay alusiones implícitas;
e)En Mt la Sagrada Familia vive establemente en Belén y sólo después de Egipto fija su residencia en Nazaret; en Lc, José y María tienen su morada en Nazaret, van a Belén a empadronarse, y vuelven a Nazaret después de la presentación en el Templo.
2. Características generales del relato de San Mateo
n Mt centra el relato en San José: él pertenece a la casa de David; ...se le aparece el ángel en sueños; ...toma a María y la lleva a su casa;... impone el nombre al Niño, etc. El trasfondo teológico está condicionado por el público a quien se dirige este evangelio: los judíos.
Demostrarles que Jesús es el Mesías prometido y esperado con tanto deseo. De aquí que lo primero que se proponga demostrar es la presencia davídica del Hijo de María. A la vez la concepción virginal -la generación por obra del Espíritu Santo-, indica que Jesús es el Mesías de origen misterioso, que trasciende la mera condición humana: es el Emmanuel en el sentido fuerte del término.
n Al señalar a Belén como lugar de su nacimiento, la huida y retorno de Egipto y su posterior estancia en Nazaret, está indicando que en Jesús se cumplen las profecías del A.T. referentes al Mesías (cfr. Miq 5,1; Jr 31,15; Os 11,1). Hace incluso semejanzas veladas de Jesús con Moisés y Jacob.
3. La genealogía
n Mt comienza mostrando «la genealogía de Jesucristo hijo de David, hijo de Abraham». Hay un paralelismo patente con Gen 5,1. El fin de iniciar con esta genealogía es demostrar que toda la hist. de Israel ha sido una preparación para la venida de Cristo. Los vers. 1-17, de una forma unitaria y coherente, introducen los temas que serán prioritarios en su libro: el Mesías, el pueblo de Dios, el cumplimiento de las profecías, el hijo de Dios y la escatología.
n Elementos que llaman la atención en esta genealogía:
- La inclusión de cuatro mujeres en la lista genealógica. Quizá la explicación más plausible sea que estas mujeres, a pesar de la irregularidad de su maternidad, son cauce para la realización del plan mesiánico.
- La ruptura del ritmo expositivo del v16. La construcción gramatical de los vers. anteriores era siempre constante: «A engendró a B; B engendró a C»; sin embargo, en el v16 se rompe el ritmo expositivo y se dice: «Y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la que nació Jesús, llamado Cristo». Esta alteración buscada conscientemente por el evangelista, parece indicar que Mt deseaba constatar taxativamente que Jesús no era hijo biológico de José, sino exclusivamente de María.
n Por esta incorporación indirecta de Jesús a la dinastía davídica -por ser María esposa de José, éste se transforma en el padre legal de Jesús- no le parece suficiente a Mt y por eso el resto de los vers. del primer cap. (18-25) sirven para esclarecer la conexión entre José y Jesús.
4. La Concepción de Jesús
n La ruptura expositiva del v.16; Mt intenta aclararla en el v.18. Comienza por la misma palabra utilizada en el v.1: génesis. El uso del término es bastante llamativo, pues más bien debería haberse empleado gennesis (procreación). Parece ser que Mt lo utiliza por influencia de Gen 2,4 y 5,1.
n Según Mt, María había quedado encinta en el período de los esponsales, y para dejar todo bien claro, precisa que fue «por obra del Espíritu Santo». De esta manera evita en el lector de su evangelio cualquier interpretación dudosa sobre María, no así para José, pues a continuación en el v.19 dice que José era justo y no quería ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
n Hay tres hipótesis de interpretación de esta decisión no consumada de José:
1º. H. de sospecha. José sospechó que María había incurrido en adulterio; pero es “justo” (observante de la Ley), y la ley es determinante en estos casos.2º H. de la reverencia. María comunicó a José el hecho de la Encarnación, porque era justo que su esposo supiera la decisión tomada por María en aquel instante y que hacía relación directa a la futura vida de su matrimonio. La turbación de José se deriva de la duda de saber si es correcto el apropiarse de una paternidad que sólo pertenece a Dios.
3º H. de la inocencia. José conociendo la santidad y perfección de María, no duda de la honradez de su esposa. Capta que algo sobrenatural y extraordinario ha acaecido en su vida, pero desconoce el cómo. La justicia de José consiste en que no quiere interferir en los planes de Dios sobre María, ni quiere presentarse como el padre de un niño cuyo origen desconoce. Desea refugiarse en el silencio y en el abandono. El ángel viene a quitar esta incertidumbre de su vida (vv 20-21).
El ángel le pide sólo una cosa a José: que tome a María consigo; es decir, que no la repudie. Dios desea que José intervenga de una manera positiva en la vida que se está gestando en el seno de su esposa. Hay, pues, tres elementos que debemos considerar:
- Dios quiere incorporar a Jesús en la genealogía de José, hijo de David, y por esta incorporación Jesús es verdadero miembro de la familia davídica;
- José es constituido, por voluntad divina, en padre de Jesús. José, por tanto, no sólo es padre adoptivo, ni sólo padre legal, sino que hay un querer explícito de Dios, que le confiere una paternidad única e irrepetible; no es, ni padre natural, ni meramente nutricio, sino que la paternidad de José es privilegiada: Dios introduce a José no en la generación, pero sí en el nacimiento de Jesús. Esta paternidad privilegiada le confiere el derecho de poner el nombre al hijo.
- Dios desvela a José el misterio de la generación: lo concebido por María es obra del E. Sto. y no obra de varón.
n Aunque el tema central de estos vers. de Mt es la paternidad de José sobre Jesús y, con ello, la vinculación de éste a la dinastía davídica, aflora a la vez, no sin intención, la virginidad de María en la generación de su Hijo, como un elemento fúndante de toda la escena, (...) desde el principio, deja patente que el Mesías, a la vez de ser descendiente de David, tiene una procedencia que trasciende la mera generación natural. El Hijo de María no es simplemente el «hijo del carpintero» (Mt 13,55), sino que su origen es misterioso. A continuación Mt hace una referencia explícita a Is 7,14.
n Con esta profecía del A.T. se desea reforzar lo expuesto en los vers. anteriores. Este oráculo del libro de Isaías, proclamado setecientos años antes, se realiza plenamente en la generación de Jesús. María es la parthenos -la virgen- que concibe y da a luz al «Dios con nosotros» (en el sentido más pleno). Mt pretende dejar patente a todos los lectores de su evangelio, que María concibió a su Hijo de una manera única y extraordinaria; también deja explícito que en Jesús se realiza plenamente la obra del Espíritu Santo, prefigurada proféticamente en el A.T. Es decir, el evangelista no pretende demostrar la concepción virginal, sino que, al contrario, desea poner en evidencia el cumplimiento del texto profético de Is 7,14, mediante el hecho que narra en estas perícopas.
n Mt 1,24-25 muestra la obediencia de José a la indicación angélica. Son, en este sentido, la manifestación del fíat del esposo de María, ocupando el puesto de padre y cónyuge querido por Dios. La redacción del último vers. está en función de Is 7,14 citado en el v.23 y cuyo cumplimiento interesa subrayar: la que se encontró encinta virginalmente (v.18) da a luz sin que haya intervención de varón (v.25). Sin embargo la partícula heos hou (donec, hasta que) no insinúa que después la haya conocido; sólo subraya la virginidad de María en el momento del parto del Señor. Según el lenguaje bíblico, el término heos hou -traducción del `ad ki hebreo- es aseverativo no exclusivo. Por tanto, sólo indica una situación de presente: José respetó su virginidad hasta el parto del niño. Mt, en este texto, no dice nada de lo que sucedió después del parto.
5. La adoración de los Magos
n Toda la narración Mt 2,1-12 tiene como base y telón de fondo la profecía de Miq 5,1-2, que canta la grandeza de Belén, patria de David. Esta pericona posee una gran fuerza expresiva y una plasticidad que atrae la atención del lector.
- La historia de la adoración de los Magos de Oriente comprende dos escenas distintas, aunque concatenadas en su desarrollo; Mt las inicia con la misma expresión: idou magoi (he aquí que unos Magos Mt 2,1b) e idou ho aster (he aquí que la estrella Mt 2,9b).
- La primera escena (cfr. Mt 2,1b-9a) presenta una estructura quiástica centrada (A-B-C-B-A), cuyo clímax argumental se coloca en el centro de la narración (C): A Mt 2,1b-2; B Mt 2,3-4; C Mt 2,5-6; B Mt 2,7-8; A Mt 2,9b.
- La segunda escena (cfr. Mt 2,9b-12) es un relato positivo que se dirige linealmente al momento cumbre de toda la historia: la adoración del Niño. No hay ningún diálogo o conversación; es el evangelista quien narra lo sucedido de forma escueta.
n En el cap. 1 hemos visto que Mt intenta mostrar a los judíos quién es Jesús -el Hijo de David, Hijo de Abraham, es decir el Mesías prometido- y, al desvelar su concepción virginal, nos dice también cómo -es descendiente de David, no por generación física, sino porque José asumió el Hijo engendrado de María por obra del Espíritu Santo-. Ahora el evangelista nos enmarca histórica y cronológicamente el hecho. O sea nos desvela el dónde y el cuándo.
- Nos dice que Jesús nació en Belén de Judá. Además nos dice que ese evento sucedió «en tiempos del rey Herodes».
- Los Magos -magoi- es una palabra de origen persa y de significado amplio. De Oriente -apo anatolon- no indica un lugar exacto, sino el levante, en oposición al poniente. La misma expresión se utiliza en los LXX en la profecía de Balaam y en ambos relatos indica una dirección o procedencia genérica, que hace referencia a un país conocido para los judíos.
- El título Rey de los judíos tiene, por una parte, resonancias nacionalistas, pues es el título con que se designaba el mismo Herodes el Grande y, por ello, el recién nacido podía ser un reto para él. Sin embargo, esta misma expresión se utiliza en los evangelios con bastante frecuencia para nombrar a Cristo; de esta forma los Magos reconocen desde el nacimiento del Mesías la prerrogativa que será el título de su muerte.
- Vimos su estrella en el Oriente. La referencia a la estrella condiciona el relato, pues debido a su presencia los Magos se pusieron en camino, Herodes se informa del momento de su aparición (cfr. Mt 2,7), se alegran sobremanera cuando reaparece (cfr. Mt 2,10) y es también la estrella la que, al detenerse, indica dónde está el niño (cfr. Mt 2,9).
- Hemos venido a adorarle. El verbo proskynein utilizado 3 v. por el hagiógrafo en esta narración, significa rendir homenaje y comporta siempre una actitud de reverencia y sumisión. Se aplica frecuentemente a los actos de reverencia y acatamiento ante la divinidad. Tiene, pues, un claro aspecto cultual. Sin embargo, como afirma Brown, en esta pericona «la asociación del acto con el título rey de los judíos, lleva al lector a pensar que el homenaje se rinde a la realeza y no en la adoración a la divinidad».
- La expresión «con él toda Jerusalén» es una generalización hiperbólica personificada, propia de la narración popular.
- Les interrogaba, el imperfecto griego epynthaneto comporta una iteración; es decir, el monarca insiste en la pregunta para conocer con claridad y exactitud.
- Es llamativo que Herodes identifique al rey de los judíos con el Mesías. A pesar de todo, no trasciende del plano y permanece en el meramente político.
- Es llamativo que Mt no haya presentado esta cita profética como lo hace en las demás ocasiones (utilizando la expresión: para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del profeta cfr. Mt 1,22; 2,15; 2,17; 2,23). Sin embargo es muy coherente que haya sido así, pues en este caso el evangelista no emplea este texto como una «cita de cumplimiento», que el mismo hagiógrafo coloca en el texto evangélico, para confirmar a los lectores que se ha realizado el hecho anunciado en el A.T. En nuestro caso la cita está puesta en boca de los sacerdotes y de los escribas del pueblo.
n Siguiendo las reglas de la lectura deráshica, San Mateo convierte la frase afirmativa de Miq 5,1 en negativa. De esta forma expresa la grandeza de esta ciudad cuna de David y del Mesías.
n Todas estas variantes en el texto mateano le dan una riqueza de contenido que conviene destacar:
1) Se reafirma la ascendencia davídica de Jesús, ya sostenida en el capítulo 1º;2) Se insiste en el carácter regio de Cristo, al incluir la cita explícita de 2Sam 5,2;
3) Se indica que Jesús el Mesías, está encargado de apacentar a todo el pueblo de Dios, no sólo a unos privilegiados.
n Herodes por las informaciones precedentes, conoce dos cosas muy importantes para él: 1) por los magos sabe que ha nacido el Rey de los judíos; 2º) por el Sanedrín se entera que ha nacido en Belén. Ahora sólo le falta conocer cuándo. Tiene el firme convencimiento de que la fecha de su nacimiento debe coincidir con el momento de la aparición de la estrella; por ello, hace esta pregunta a los Magos (vers. 7)
- El v.8 muestra el carácter de Herodes: finge asociarse a la adoración de los Magos; aunque lo que le interesa es conocer todos los detalles de forma precisa y sin ruido, para eliminar posteriormente la vida del recién nacido. Este versículo sirve de preparación para lo que sucederá luego: la muerte de todos los niños de «dos años para abajo» de la comarca de Belén (cfr. Mt 2,16).
- Con el v.9a termina la primera escena de este pasaje. Los Magos al recibir toda la información que necesitan, prosiguen su camino, finalizando su estancia en Jerusalén.
n San Mateo, como se ha dicho anteriormente, introduce la segunda escena con la reaparición de la estrella.
- En los relatos evangélicos de los nacimientos del Precursor y del Mesías hay una reiteración frecuente del gozo y de la alegría (cfr. Lc 1,45.47.58; 2,10.13.20). En el v.10, dentro del dramatismo de la narración, aparece el tema de la alegría con un lenguaje totalmente mateano, que destaca la intensidad del gozo mediante un acusativo de la misma raíz. La traducción literal es: «se alegraron muchísimo con un gran gozo».
n Es muy plausible que, después del nacimiento de Jesús en el establo de Belén al desaparecer el contingente de personas que acudió a empadronarse, María y José se trasladasen a una casa de ese lugar.
n El centro de estos vers. lo ocupa el niño con María, su madre. Más aún, puede decirse que esta frase es el leitmotiv de toda la narración del cap. 2, pues se repite cuatro veces más (cfr. Mt 2,13.14.20.21).
- También se aprecia que el evangelista ambienta toda la escena del v.11 en una atmósfera regia, tanto por la actitud de los magos ante el niño con María, como por los dones ofrecidos.
- Le ofrecen presentes. La ofrenda de los dones tiene en el evangelio de Mt, un «marcado matiz ritual litúrgico... Así, por ejemplo, en Mt 5,23-24 se manda al que ofrece sus dones ante el altar reconciliarse con su hermano.
- Los dos primeros dones -oro, incienso- son las ofrendas que los habitantes de Sabá entregarán en Jerusalén en la época mesiánica, según la profecía de Is 60,6. De igual forma en el salmo 72,15 se afirma que al futuro Rey-Mesías «se le dará el oro de Sabá mientras viva».
- La mirra es utilizada en el A.T. como uno de los ingredientes del óleo con que son ungidos los sacerdotes y los reyes. Esta unción confiere al que lo recibe un cierto carácter sagrado. En el Sal 45,9 la mirra es también un elemento con que se ungirá al Rey-Mesías.
6. La Dimensión Mariana de la Adoración de los Magos
n Centrándonos ahora específicamente en el aspecto mariano de la escena de la adoración de los Magos se advierten dos elementos significativos:
- Toda la escena de los Magos está centrada en el homenaje que se desea rendir al «Rey de los judíos». Es un Rey que pertenece a la dinastía de David y que fue profetizado como Rey-Mesías en el A.T.
- El evangelio de la infancia de Jesús de Mt centra su relato en la figura de José. En cambio, en la redacción de la adoración de los Magos, el Santo Patriarca brilla por su ausencia. Como acabamos de ver, el leitmotiv de esta escena es el niño con María, su madre.
- Para muchos autores la inclusión de la frase el niño con María, su madre tiene en este relato una evidente intención teológica: Mt asocia a María en la función regia de su Hijo, como Madre del Rey.
- Efectivamente, en la dinastía de David una mujer ocupó el puesto inmediato al rey: la reina madre, a la que se denomina gebiráh -o señora-. No se trata del ascendiente que toda madre tiene con su hijo, sino de una dignidad específica y sustantiva.
- Betsabé, la esposa de David y madre de Salomón, es la primera gebiráh del A.T. En ella se advierte con claridad la excelencia de este título.
- El libro primero de los Reyes narra que, siendo anciano David, su esposa Betsabé entró en la estancia donde él estaba, «se arrodilló rostro en tierra y se postró ante el rey» (1Re 1,16 y 31). La actitud de la esposa ante su marido y rey es de reverencia, sumisión y acatamiento.
- Totalmente distinto es su comportamiento cuando, muerto ya David, reina Salomón: «entró Betsabé donde el rey Salomón para hablarle acerca de Adonías. Se levantó el rey, fue a su encuentro y se postró ante ella y se sentó después en su trono; pusieron un trono para la madre del rey y ella se sentó a su diestra». La dignidad de Betsabé es llamativamente diversa a la mostrada anteriormente: si con David es la sierva que le rinde acatamiento, con Salomón, -hijo de ambos- recibe el reconocimiento del rey y ella ejerce su específica misión, que se explícita en tres funciones:
- La imposición de la corona real al nuevo rey (Cant. 3,11; 1 Cro 11,10; 1 Sam 11,15).
- La gebiráh asigna el nombre programático al nuevo monarca.
- Finalmente, la gebiráh aparece como símbolo de la continuidad dinástica. A la muerte del rey ella es la depositaria de la herencia real, por los lazos de parentesco y de fidelidad que le vinculan con el monarca fallecido y al nuevo rey que, obviamente, será descendiente de ella. La gebiráh es una dignidad vitalicia, que puede perderse por una acción indigna (1Re 15,13).
- Por tanto, de una forma implícita, pero patente para los judíos, San Mateo muestra, en la escena de la adoración de los Magos, a María como la nueva gebiráh del reino mesiánico que Jesús va a instaurar con su venida a esta tierra.