EVAGRIO PONTICO
Ruega obtener el don de lágrimas, que ablandarán, por la compunción, la dureza de tu alma, y confesando tu iniquidad al SEÑOR, pídele perdón.
¿Te ven los demonios llenos de ardor por la verdadera plegaria? Ellos te sugerirán entonces pensamientos sobre objetos que se te representarán como necesarios, después excitarán los recuerdos que se relacionan con ellos haciendo que la inteligencia los busque, pero la inteligencia no los hallará, se entristecerá vivamente y se lamentará.
levarán a la memoria los objetos de esas búsquedas, a fin de que debilitada por esas asociaciones, la oración fructífera no sea alcanzada.
Esfuérzate en mantener tu intelecto durante la plegaria sordo y mudo, así podrás orar.
No ruegues para que tu voluntad sea cumplida, pues ella no concuerda necesariamente con la voluntad de DIOS.
En todas la cosas, pide que se haga Su Voluntad, pues EL quiere el bien y el adelanto del alma, mientras que tu no buscas necesariamente eso.
Ruega ser purificado en las pasiones, liberado de la ignorancia, de tentaciones y desviaciones.
Mientras oras, debes velar sobre tu memoria para que en lugar de sugerirte recuerdos, te lleve a la conciencia de tu ejercicio, pues la inteligencia tiene una peligrosa tendencia a dejarse trastornar por la memoria en el momento de la oración.Aquel que ora en espíritu y en verdad, no es de las criaturas de donde toma las alabanzas que ofrenda al Creador, sino que, desde DIOS mismo, él alaba a DIOS.
Puede ocurrir cuando oras, que se presente una forma, desconocida y extraña, para llevarte a la presunción de localizar en ella a DIOS y hacerte tomar por Divinidad el objeto repentinamente aparecido ante tus ojos.
Ahora bien, la Divinidad no tiene forma ni cantidad.
El demonio celoso hace violencia para despertar en la inteligencia algún fantasma desconocido que le proporciona una forma. La inteligencia se deja engañar y toma el humo por luz. Mantente en guardia durante la Oración , entonces, aquel que se compadeció de los ignorantes, descenderá también sobre ti y recibirás un don de oración muy glorioso.
Tu aspiras a ver el rostro del Padre que está en el cielo, no trates, por nada del mundo, de percibir una forma o una figura durante la oración.
Cuando hayas logrado en tu oración estar por encima de toda otra alegría, habrás alcanzado verdaderamente la oración.
DIALICO DE FOTICE
DIOS no hizo nada malvado. Es importante entonces despreciar el hábito del mal ya que la naturaleza del bien es mucho más fuerte que le habito del mal. Puesto que una “ES” mientras que el otro solo tiene existencia en el acto.
Si el intelecto se encuentra en un recuerdo atento del SEÑOR, disipa esta brisa de falsa dulzura del enemigo, y alegre, emprende el combate contra el.
Cuando el alma es turbada por la cólera, el intelecto es incapaz aunque se lo violente, de dominar el recuerdo de JESUS. Enceguecido totalmente por la violencia de las pasiones, se convierte en un extraño a sus propios ojos.
Sin embargo, cuando el objeto de su deseo le ha sido arrebatado al alma por el olvido, muy pronto, el intelecto retorna a la búsqueda de ese objeto deseado, entonces llega al alma la gracia que la impele a clamar “SEÑOR JESUS”.
“El Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza cuando nosotros no sabemos que pedir para orar según conviene, porque es el mismo Espíritu quien intercede por nosotros con gemidos inefables” (Romanos cap. 8, v.26.)
Cuando los demonios encienden el orgullo, debemos humillar la exaltación de la vanagloria, considerando la futura disolución de nuestro cuerpo, ese solo pensamiento unido al recuerdo de DIOS, basta para anular los malos espíritus.
Cuando el hombre comienza a progresar en la práctica de invocar incasablemente a JESUS, la gracia gana el corazón, y en adelante, los ataques de los demonios no llegarán sino a distancia, casi sin herir. Aquel que a veces se acuerda de DIOS y a veces no, pierde por la interrupción aquello que creyó obtener por la oración.
Aquel que quiere purificar su corazón, no cese de abrasarlo con el recuerdo de JESUS.
MARCO EL ERMITAÑO
Al tiempo que recuerdas a DIOS, multiplica tu oración. Para que en el día que te suceda olvidar al SEÑOR, El te haga recordarlo.
No rechacéis las pruebas considerándolas inmerecidas, soportadlas como justas. Las faltas pasadas rememoradas en detalle, perjudican al hombre, si se presentan acompañadas de tristeza, lo alejan de la esperanza, si aparecen sin tristeza, graban en el nuevamente la mancha pasada.
Lo correcto, es practicar el mandamiento mas general sin inquietarnos por nada en particular, de esa forma pediremos únicamente el Reino de DIOS. Pues, preocupándonos por cada una de nuestras necesidades estaremos obligados a orar por cada una.
No admitas las cosas que el enemigo te presenta, a fin de no perder lo más precioso.
Es mejor acribillarlo con flechas, que sostener una conversación, con quien procura regalos, con la intención de arrancarnos de la oración dirigida contra el.
BARSANUFIO Y JUAN DE GAZA
En la oración solo has de decir: ¡Sálvame del malvado! ¡Que tu voluntad se cumpla en mí! Ora perfectamente aquel que esta muerto para el mundo y sus placeres.
Cuando mi razón parece estar en reposo y libre de toda inquietud: ¿es bueno dedicarme a la invocación del nombre de CRISTO? Mi razón me sugiere que eso no es necesario.
Respuesta:
El SEÑOR dijo: No hay paz para los pecadores. ¿Que es entonces esa paz que creemos experimentar? Temamos pues, porque esta escrito:
Andarán diciendo “paz y seguridad” y entonces de improviso, le sorprenderá la perdición, como los dolores de parto a la mujer encinta, y no podrán escapar. (1ª Tes. 5, 3).
Nuestros enemigos mediante engaños aportan a nuestro corazón una efímera tranquilidad para impedirle invocar el nombre de DIOS. Saben bien que esta invocación los paraliza.
Estamos advertidos. Llamemos sin tregua el nombre de Dios en nuestra ayuda.
JUAN CLIMACO
Al acostarnos es cuando ha llegado el momento de velar, porque el espíritu combate a solas y sin el cuerpo contra los demonios. Ya que el cuerpo se encuentra en una disposición propicia a la sensualidad y estará propenso a traicionar.
Que siempre se acueste con vosotros el pensamiento de la muerte.
El que vela es un pescador de pensamientos sabe distinguir sin esfuerzos a los pensamientos en la quietud de la noche, y atque raparlos. Demasiado sueño conduce al olvido, pero la vigilia purifica la memoria.
Una sola palabra basto al publicano como al hijo prodigo, para obtener el perdón de DIOS.
No lancéis a largos discursos, para no disipar vuestro espíritu en la búsqueda de palabras.
La prolijidad de la oración llena al alma de imágenes y lo disipa, sentíos consolados por una palabra en la oración y allí deteneos, pues vuestro ángel guardián ora entonces con vosotros.