Esta afirmación debemos colocarla en su verdadero contexto distinguiendo:
a.) Quien fundó la Iglesia
b.) “sobre quien se fundó
¿Por qué se funda la Iglesia?
La Iglesia Católica fue fundada por Jesucristo como parte del plan salvífico de Dios, prefigurado en el Antiguo Testamento; pero no como una entidad distante y aparte de su pueblo elegido, sino como la culminación de su revelación en Cristo.
La Iglesia viene a representar el nuevo pueblo de Dios, tal como lo expresaría el Concilio Vaticano II, y este nuevo pueblo de Dios no se va a regir por la antigua Alianza sino por la nueva.
El profeta Isaías escribió:
“Al fin de los tiempos, el cerro de la casa de Yahvé será puesto sobre los altos montes y dominará los lugares más elevados. Irán a verlo todas las naciones y subirán hacia él muchos pueblos diciendo: vengan, subamos al cerro de Yahvé, a la casa del Dios de Jacob, para que nos enseñe sus caminos y caminemos por sus sendas”
Es interesante como un profeta que escribió varios siglos antes de la venida de Cristo, haga referencia a la Casa de Dios como un lugar donde se reunirían todos los pueblos. Esta referencia cae totalmente sobre la Iglesia y lo vemos en el Nuevo Testamento en boca de San Lucas refiriéndose a la fiesta de Pentecostés:
““Estaban de paso en Jerusalén, judíos piadosos, llegados de todas las naciones que hay bajo el cielo. Y entre el gentío que acudió al oir el ruido, cada uno los oía hablar en su propia lengua” (Hch 2, 5-6)
En Pentecostés se inició la Iglesia y se inició no solamente frente a los habitantes de Jerusalén sino frente a los de todas las naciones.
Esta prefiguración de que Dios reuniría en su casa a todos los pueblos para caminar por sus sendas le da validez, valor y trascendencia al hecho que Cristo mismo para poder perpetuar su Iglesia haya querido escoger apóstoles que continuaran su obra:
Vayan, entonces, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo".(Mt 28, 20)
Doce tribus, doce Apóstoles
El patriarca Jacob, nieto de Abraham tuvo doce hijos varones, los cuales son los fundadores de las doce tribus de Israel (Gen 29).
Sobre estas doce tribus se formó el pueblo de Dios, y estas doce tribus vivieron la historia de Israel, la entrada a la tierra de Canaan, la época de los Jueces, la elección de los reyes, la construcción del Templo, las invasiones y la espera del Mesías, momento en el cual llega Cristo a hacer nuevas todas las cosas (Ap 21, 5)
Cristo mismo vino a escoger para sí al nuevo pueblo de Dios, no regidos por la Alianza hecha con Abraham o David pues esa alianza había perdido validez (Heb 9, 15) sino regidos por la Nueva Alianza prefigurada por Jeremías y reafirmada en la carta a los Hebreos:
“Llegarán los días —oráculo del Señor— en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá.
No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque yo era su dueño —oráculo del Señor— Esta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días —oráculo del Señor—: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.
Es claro como el Señor promete que en esa nueva alianza seremos su pueblo escogido. ¿Pero si las doce tribus fueron las que formaron al Israel antiguo, quienes serán las bases del nuevo pueblo de Dios? Teniendo claro que la Iglesia fundada por Cristo es el nuevo pueblo de Dios, podemos saber quienes son las bases sobre las que Cristo fundará su Iglesia.
El Relato de la elección de los doce apóstoles es tan importante que es mencionado por tres de los cuatro Evangelios (Mt 10, 1-4; Mc 3, 13-19; Lc 6, 12-16) La elección de los doce apóstoles representan el deseo de Cristo de perpetuar su obra salvífica por siempre, tanto así que prometió estar con nosotros todos los días del mundo (Mt 28, 20)
¿Para qué fueron escogidos los apóstoles?
En boca del mismo Cristo:
Para ser pescadores de hombres: “Jesús dijo a Simón:- No temas; desde ahora serás pescador de hombres” (Lc 5, 11)
Los apóstoles no fueron escogidos simplemente para seguir a Cristo y ayudarlo en la logística de su Ministerio. El mismo reconoció que los había llamado para ser pescadores de hombres, y esto representaba una gran responsabilidad ya que significaba rescatar las almas de la oscuridad.
Para administrar la gracia de Cristo en los sacramentos:
“Después tomó pan, y dando gracias, lo partió y se lo dio diciendo: esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes, hagan esto en memoria mia”
En la última Cena Cristo instituyó la Eucaristía y mandó a los Apóstoles a celebrarla siempre “Reciban el Espíritu Santo: a quienes perdonen sus pecados, serán liberados, y a quienes se los retengan, les serán retenidos” (Jn 20, 22-23)
Cristo dejó a los apóstoles la misión de administrar el sacramento de la reconciliación.
Para interpretar fielmente su Palabra “Entonces les abrió la mente para que entendieran las Escrituras” (Lc 24, 45)
La interpretación de la Palabra de Dios no quedó al libre deseo de cualquier lector. Cristo delegó a los Apóstoles la misión de entender las Escrituras y predicarlas (Hch 9, 35)
“Jesús les respondió: a ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no” (Mt 13, 11)
Los apóstoles fueron quienes pudieron comprender el mensaje de Cristo y por ello el Magisterio de la Iglesia tiene la misión de estar al servicio de la Sagrada Escritura y la Tradición Apostólica.
Nosotros hoy día podemos reconocer en la Iglesia Católica la misión de los Apóstoles de Cristo en: la Evangelización, la administración de los sacramentos y en el Magisterio de la Iglesia.
Dimensión apostólica de la Iglesia
Cuando una persona dice: yo creo en Cristo pero no en la Iglesia, se está contradiciendo pues el mismo Jesús quiso escoger los apóstoles para que pudieran perpetuar su obra, y esos apóstoles constituyeron el inicio de la Iglesia Católica. Los apóstoles son el fundamento y la base de la Iglesia y es algo que a los católicos nos enorgullece, saber que cada uno de nuestros sacerdotes procede en línea directa de un apóstol.
Hay dos pasajes muy importantes para poder descubrir la dimensión apostólica de la Iglesia:
“Ustedes son la casa de Dios. Están cimentados en el edificio cuyas bases son los apóstoles y profetas, y cuya piedra angular es Cristo Jesús” (Ef 2, 20)
En este pasaje el Apóstol San Pablo refiriéndose a la comunidad de Efeso, los llama la casa de Dios. Pero lo más interesante es que a los cristianos de Efeso los considera cimentados sobre la base de los Apóstoles. ¿Sobre qué base está cimentada tu Iglesia? ¿Es posible en otra Iglesia saber de qué Apóstol se proviene? Sólo es posible dentro de la Iglesia Católica.
b.) “La muralla de la ciudad descansa sobre doce bases en las que están escritos los nombres de los doce Apóstoles del Cordero”
El Apóstol San Juan en el Apocalipsis nos muestra una visión de la nueva Jerusalén, la esposa del Cordero. Es una alusión a la Iglesia, y aunque es una visión futura sigue estando cimentada sobre los Apóstoles. Este texto desmiente a aquellos que piensan que la apostolicidad de la Iglesia murió con los doce apóstoles.
La jerarquía de la Iglesia Apostólica es la jerarquía de la Iglesia Católica
Cuando revisamos cómo se organizó la Iglesia según el Nuevo Testamento nos podemos dar cuenta que es la misma organización que tiene hoy día la Iglesia:
Iglesia primitiva | Iglesia actual |
Obispos | Obispos (el Papa es el Obispo de la diócesis de Roma) y los cardenales son obispos |
Presbíteros | Sacerdotes |
Diáconos | Diáconos |
Bíblicamente podemos corroborar esta división:
Obispos:
“Si alguien aspira al cargo de obispo, no hay duda que ambiciona algo muy eminente” (1 Tim 3, 1)
Los obispos son los que dirigen las iglesias locales, son instituidos por los mismos Apóstoles. El Apóstol Santiago El Menor era el Obispo de Jerusalén (Gal 1, 19)
Presbíteros:
“Deben ser hombres intachables, casados una sola vez. Pues siendo el encargado de la casa de Dios, debe ser irreprensible” (Tit 1, 6.7)
Los presbíteros eran también escogidos por los apóstoles en cada Iglesia local que iniciaban (Hch 14, 23) y se dedicaban a llevar la Palabra de Dios (1 Tim 5, 17)
Diáconos:
“Los diáconos también han de ser respetables y de una sola palabra” (1 Tim 3, 8)
Los diáconos colaboraban con los apóstoles en la administración de la Iglesia en las comunidades.
Como podemos ver, esta estructura hoy día se mantiene, y aunque veamos otros nombres la estructura es la misma: el Papa es el Obispo de la Diócesis de Roma, y los cardenales son Obispos que tienen una misión específica para atender los problemas de la Iglesia. En cada ciudad hay una diócesis dirigida por un Obispo y sacerdotes en las diferentes parroquias y comunidades.
Podemos sentirnos felices porque la Iglesia Católica es Apostólica y sobre todo bíblica.
Anwar Tapias Lakatt